Los cuencos tibetanos son una herramienta muy interesante para la sanación. Su origen en Nepal, son hechos a mano mientras se cantan mantras.
Con ellos se pueden realizar armonizaciones de los puntos energéticos del hombre (chakras) además de poder utilizados para limpiar espacios, así, es habitual que haya conciertos de ellos donde las personas se tumban en el suelo y reciben la vibración de los mismos.
Para identificar como es un cuenco tibetano y, sobre todo, si esta hecho a mano observamos si tiene imperfecciones en sus formas. Los que son realizados con máquinas (prensas) son perfectos en sus formas, sin embargo, los primeros no lo son puesto que el metal se trabaja con un martillo y se va dando forma poco a poco al metal.
Además de la perfección de la forma es importante hacer mención que un cuenco hecho a mano vibra durante más tiempo por lo que es más intenso en su trabajo de sanación. Además siempre es interesante que las vibraciones de los diferentes cuentos se fusionen.
Cuando se utiliza en terapias a terceros se utilizan dos cuentos. Estos se eligen según el tamaño del paciente puesto que se ponen encima del mismo. La posición será uno en el plexo solar y otro a la altura de chackra. La posición de paciente durante la terapia es tumbado boca arriba para posterior ponerlo boca abajo. Los cuento se hacen sonar primero toca el cuenco que encuentra sobre el plexo solar para posteriormente el segundo. Es importante sujetar el cuenco para que no se caída e ir buscando que ambas vibraciones se fusionen. Cuando dejan de vibrar se vuelve a tocar así durante varios minutos.
Los beneficios de la armonización son diversos, aún así, y para los excepticos que puede ser mejor que consigir un algo nivel de relajación en una armonización (concierto) por lo que les animo a ello.